Todos disfrutamos cuando nos elogian o nos reconocen el esfuerzo realizado en algún proyecto, tal como dice el refrán “a nadie le amarga un dulce” pero:
¿Qué ocurre cuando nuestra autoestima depende en extremo de esa admiración externa?
¿Dónde está el límite entre una autoestima sana y el narcisismo?
¿Es cierto que la sociedad de hoy en día encumbra ciertos valores que promueven síntomas patológicos?
¿Cuáles son los rasgos y reacciones de las personas narcisistas?
¿Qué nos encontramos los psicólogos en consulta y cómo debemos actuar?
Adentrarse en el mundo de un narcisista es sumergirse en un universo creado a imagen y semejanza de una imagen ideal y utópica y artificial, que a la hora de la verdad se revela como vacía, materialista, extorsionadora, e incluso en algunas ocasiones, profundamente cruel, lee el artículo completo de Carlos Sanz Andrea de Psicología en Zaragoza en colaboración con el Instituto de
Estudios Psicológicos pinchando aquí.