Psicología positiva: no es oro todo lo que reluce (críticas más comunes)

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En los últimos años a partir de las investigaciones en lo que se hizo llamar “psicología positiva” hemos asistido a la instalación de un nuevo discurso sobre la felicidad en nuestra sociedad. Parecía lógico su éxito ante los múltiples beneficios que iban surgiendo de la investigación, ante las ventajas que nos mostraba el mantener una actitud positiva hacia los desafíos de la vida diaria y el buen resultado en varias áreas que muchas veces lo acompañaba.

Sin embargo poco a poco se han ido sumando más y más autores e investigadores rebelándose en contra de lo que se ha dado en llamar la “dictadura de la felicidad”. Los psicólogos avisamos desde hace mucho tiempo de que la perpetua sonrisa y el optimismo irracional ante los eventos que se estaba empezando a generar no eran una actitud realista ni sana, pero desgraciadamente ayudados de forma indirecta por una mentalidad capitalista hemos quedado envueltos en una avalancha de títulos de autoayuda, talleres de superación personal, y supuestas técnicas para alcanzar el éxito rápido y fácil, que en muchas ocasiones bordean el pensamiento mágico.

Cuando realmente nos volvemos emocionalmente maduros sabemos que no existen las emociones “malas” y que resulta artificial y contraindicado, luchar por experimentar obsesivamente satisfacción y felicidad. Todas nuestras emociones son necesarias, tienen su lugar, su momento y su razón de ser, todas nos indican algo importante en lo que trabajar. Por eso en psicología trabajamos y alentamos a vivir con realismo y optimismo realista, no con mecanismos de negación o represión que falsean nuestra personalidad y minan nuestra autoestima sometida tras una eterna sonrisa artificial.
¿Te interesa este tema?

Lee el artículo completo escrito por nuestro Psicólogo Carlos Sanz Andrea de Psicología en Zaragoza en colaboración con el Instituto Superior de Estudios Psicológicos pinchando aquí.

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